Entre los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta para distinguir las características de un buen vino se encuentra la copa en la que lo servimos.

Su tamaño, forma, grosor o diámetro influirá notablemente en nuestro nivel de percepción y, por lo tanto, en el disfrute final.

Para notar los sabores y aromas del vino, puedes seguir las etapas que sigue un enólogo. Primero, agitar la copa para soltar los aromas y luego acercando la nariz profundo en la copa para sentir las notas de fruta, madera o especies. Después, bebe un sorbo e inhala un poco de aire para oxigenar el vino y sentir mejor los sabores en la boca.

Y por supuesto, incluye la mejor compañía que puedas tener –ya sea tu familia o amigos/compañeros- para celebrar el momento u ocasión que quieras –una cena, una comida en familia, una fiesta, una tarde con tus mejores amigos, o lo que se te ocurra.